EL CERRO LA SEPULTURA, La Leyenda


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Guillermo Orellana (Rinconada)

Un grupo de jóvenes de “Pueblo de Indios” realizaron un viaje al cerro que hoy se llama “La Sepultura”, con el propósito de conocer el bosque de robles que hay allí y cazar algunos conejos.
Cuando llegaron arriba, armaron un campamento, formaron varios grupos pequeños y se fueron por diferentes partes, después de acordar el regreso para el atardecer.
En el transcurso del día el tiempo se echó a perder y comenzó a caer la lluvia. Rápidamente volvieron y se apresuraron a descender cuando ya comenzaba la oscuridad.
Al llegar abajo, hacía tanto frío que no se podía estar fuera de las casas; entonces se dieron cuenta de que faltaba uno de ellos: el más joven. Al principio pensaban que podía venir más atrás y lo estuvieron esperando, inútilmente.
Mientras tanto, arriba había comenzado a nevar. El jovencito, al darse cuenta de que los otros no estaban, comenzó a caminar para ver si encontraba el camino de regreso, pero no se daba cuenta de que pasaba y pasaba por los mismos lugares. Después de un rato, el niño se cansó y se sentó al pie de una mata de quillay. A medida que pasaba el tiempo, nevaba más y más.


Los otros muchachos regresaron a sus casas y dieron aviso de lo que había pasado. Apenas dejo de llover, los padres y amigos del muchacho subieron al cerro, de a caballo, para iniciar una larga búsqueda. Después de un tiempo, encontraron un zapato del niño y luego su cuerpo, congelado por la nieve.

Por esta historia, dicen que el cerro la sepultura se llama así, pero otras personas dicen que recibió este nombre mucho antes, pues ese lugar era un cementerio de indios. Hasta el día de hoy, no se ha comprobado esta idea, porque nunca se han realizado excavaciones allí.

Fuente: Leyendas de San Vicente de Tagua Tagua